Tomado de Insight Crime  

Tras elecciones en Venezuela, grupos criminales se alinean con el régimen o contra él

El presente artículo está tomado del portal de InSight Crime, un centro de pensamiento y un medio de comunicación sin ánimo de lucro que busca profundizar y enriquecer el debate sobre el crimen organizado y la seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe

En la mañana del lunes 29 de julio, a escasas horas de conocerse el controversial resultado electoral de las presidenciales en Venezuela, el sonido de las cacerolas retumbó en el barrio 23 de Enero en Caracas, uno de los bastiones del chavismo y pilares de la autodenominada Revolución Bolivariana. Los vecinos del barrio, donde reposan los restos del expresidente Hugo Chávez, protestaban en rechazo a los resultados de las elecciones.

En el 23 de Enero los ojos de Chávez, pintados en las paredes a cada tantos metros, no son los únicos que observan a los habitantes del barrio. Civiles armados progobierno, llamados “colectivos”, también vigilan todo lo que sucede. En los días siguientes a las elecciones, los colectivos se movilizaron con la protección del gobierno para dejar mensajes escritos en casas y calles de opositores, activistas y ciudadanos que salieron a marchar. 

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Los colectivos han servido como un aparato de represión por años y estas elecciones no fueron la excepción. Estos grupos son conocidos como grupos híbridos, descritos así porque mantienen una relación simbiótica en la cual colaboran y cooperan sistemáticamente con el Estado. Y no son los únicos. En las zonas de frontera, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha estado a cargo de ejecutar amenazas contra los manifestantes, e incluso presionarlos para votar. Mientras tanto, otros grupos criminales como el Tren del Llano, han declarado una guerra abierta contra el régimen, abriendo un campo de batalla donde los grupos criminales son los protagonistas y la población civil se encuentra en el fuego cruzado. 

Los roles que han jugado grupos armados no estatales, bien sea adversarios o híbridos, en el desenlace electoral en Venezuela están inclinados a sus intereses particulares. Mientras unos buscan mantener el status quo criminal en Venezuela, otros buscan volver a ganar terreno en medio de la pelea contra el gobierno. Tras las denuncias de fraude electoral cometido por Maduro, olas de protestas se han registrado en todo el país. La represión a las manifestaciones ha sido feroz. Hasta la fecha, 23 personas han sido asesinadas según reportes periodísticos, y entre 1.500 y más de 2.500 personas han sido detenidas según la organizaciones de defensa de derechos humanos.

InSight Crime explora tres de las respuestas de grupos criminales en Venezuela luego de las elecciones.

El regreso de los Colectivos

Después de mucho tiempo operando bajo las sombras, los colectivos volvieron a ser protagonistas en uno de los momentos más cruciales del oficialismo. Posterior a las elecciones presidenciales han sido activados y movilizados por el régimen venezolano, confirmando una vez más que son una herramienta planificada para disolver protestas. 

La represión por parte de los colectivos empezó mucho antes que el Consejo Nacional Electoral (CNE) declarara a Maduro ganador. En Monagas, por ejemplo, los colectivos realizaron ataques armados en contra de ciudadanos en puestos de votación, hiriendo a una mujer de la tercera edad. 

Este solo era el comienzo. En Caracas, grupos de colectivos se desplegaron en las manifestaciones y dispararon en contra de civiles frente a funcionarios de la fuerza pública, demostrando un trabajo coordinado entre ellos. Al menos seis personas han sido asesinadas por colectivos, de acuerdo a reportes periodísticos.

Uno de los sectores más golpeados por los colectivos es el barrio 23 de Enero, en Caracas. Las zonas más afectadas han sido Sierra Maestra y La Piedrita, que durante años han estado bajo el control del colectivo La Piedrita, uno de los más conocidos y violentos, el cual ha jurado defender la revolución bolivariana “a toda costa”.

El uso de los colectivos por parte del régimen les resulta una estrategia beneficiosa. Por un lado, el uso de fuerzas paraestatales evita que altos mandos de las fuerzas de seguridad sean responsabilizados en instancias internacionales en el corto plazo, mientras que, para los colectivos, significa asegurar el control sobre economías criminales y territorios clave para estos delitos. 

Municipios fronterizos bajo presión guerrillera

El ELN, que tiene presencia en varios municipios de los estados Táchira y Apure, fronterizos con Colombia, estuvo involucrado en la preparación preelectoral de estos territorios, con el objetivo de buscar votos para Maduro. Pero luego de la jornada electoral, el grupo guerrillero colombiano ha actuado con cautela.

La injerencia usual de los grupos guerrilleros en elecciones venezolanas parte de su relación de interdependencia con el gobierno, que como actor híbrido requiere de alianzas con el Estado para operar libremente, mientras el Estado necesita de su presencia para mantener el control social y criminal.

InSight Crime buscó declaraciones con múltiples fuentes en los dos estados, pero las constantes amenazas realizadas a ciudadanos y periodistas dificultó la recopilación de más testimonios sobre las actuaciones del ELN en la zona. 

De acuerdo con un habitante de Lobatera, un pequeño municipio ubicado en Táchira, y que decidió hablar con InSight Crime bajo anonimato por su seguridad, el ELN estuvo patrullando las calles del municipio antes y durante el día de las elecciones para que votaran a favor de Maduro. “Andaban amedrentando y la gente no le paró medio. La gente votó en contra. Ese es un territorio chavista, pero la gente perdió el miedo,” añadió. 

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Durante la noche nuevamente estuvieron presentes, robando e infundiendo miedo para evitar protestas. “A los muchachos los apuntaron [con armas de fuego]. Les dijeron que dejaran de llamar al pueblo [a protestar] y que lo que pasará era culpa de ellos y era mejor que se fueran”, explicó.

En San Pedro del Río, un pueblo del municipio Ayacucho, denuncias ciudadanas afirman que los guerrilleros serían los responsables de dejar grafitis amenazando a cualquiera que se atreviera a protestar. En El Nula, municipio Páez de Apure, habrían realizado reuniones con sectores de la sociedad, incentivándolos a votar por Maduro, según informó un habitante bajo anonimato a InSight Crime. Mientras en el municipio Rómulo Gallegos, impidió la movilización de personal opositor a centros electorales en zonas rurales. De acuerdo a las actas publicadas, la oposición ganó en ambos lugares.

La ausencia de sucesos contundentes contra la población sugiere una posición cautelosa, posiblemente para evitar atraer la atención de la comunidad internacional, que observa de cerca la situación en Venezuela. Además, el rol del ELN en escenarios de represión social también puede ser un arma de doble filo en las negociaciones de paz con el gobierno de Colombia, en las que Caracas ha participado como mediador.

Tren del Llano contra Maduro, una táctica arriesgada

Del otro lado de la balanza está el Tren del Llano, un grupo criminal adversario a Maduro que ha resistido múltiples operaciones en su contra. En medio de la conmoción política, este grupo ha aprovechado para fortalecer su perfil de “Robin Hood” y advertir que defenderá a la población de la represión orquestada por el régimen.

La banda ha usado las redes sociales para amenazar a la fuerza pública. En un video publicado en redes sociales aparece el supuesto líder del grupo, Óscar de Jesús Noguera Hernández, alias “Óscar del Llano”. 

“Este video lo hacemos para hacer un llamado a las Fuerzas Armadas y las fuerzas públicas del Estado. No queremos generar más violencia. Mi consejo es que, escuchando al pueblo, se atrincheren en sus comandos y dejen que el pueblo decida y ponga y quite a quien tenga que poner y quien tenga que quitar”, dijo Noguera Hernández, quien además figura como uno de los 10 más buscados de Venezuela.

El Tren del Llano parece usar la situación política como excusa para salir a las calles e intentar conquistar territorios que había perdido en medio de las operaciones en su contra, así como hacerse de recursos, debido a que en un video se observó cómo intentaban entrar a una estación policial. También les ayuda a robustecer su reputación entre los habitantes, que pueden oponerse a las fuerzas de seguridad debido a las graves violaciones de derechos humanos que han cometido en Guárico, como las registradas en la Operación Trueno, esto a pesar de la reputación que el grupo criminal tiene por el uso de la violencia para conseguir sus objetivos criminales.

Pero el levantamiento en contra del gobierno de Maduro no pasó desapercibido. Desde el 6 de agosto, cerca de 6.000 militares se han desplegado por tierra y aire en Guárico, ciudad natal y base del Tren del Llano, y han detenido a varios miembros de la banda. Hasta ahora no es claro por cuánto tiempo puedan mantener tal despliegue, puesto que los recursos militares también son usados en el manejo de las protestas.

Sin embargo, el Tren del Llano ha demostrado una alta resiliencia criminal, sobreviviendo a la muerte de sus líderes, fragmentaciones y fuertes operativos estatales en su contra. Pero la nueva afrenta en contra de Maduro podría ser castigada con severidad por el régimen para usarlos como ejemplo para otros grupos no alineados que consideren seguir el mismo camino.

Imagen principal: Grafitis amenazantes desplegados en municipios en la frontera entre Venezuela y Colombia. Crédito: @lorearraiz / X

Recurso original en: https://insightcrime.org/es/noticias/tras-elecciones-venezuela-grupos-armados-alinean-regimen-contra/